Como teníamos las cosas bien claritas, este domingo nos hemos ido a hacer un barranquito sencillo para refrescar el caparazón (y de paso despejarnos un poco de las Caipirinhas del sábado noche).
Como el finde lo teníamos muy liados nos hemos ido a Campdevanol, a hacer el Barranc de la Cabana. Es un descenso bien sencillo pero muy bonito y con agua todo el año. Más que barranco es un río con una sucesión de gorgues, la mayoría saltables, que puede hacerse en una mañana.
Nos fuimos con Pedro y Sandra y tras el impacto al ver que un crío se abría la cabeza en la poza y recuperarnos, iniciamos el descenso.
Lo más impactante del barranco es el primer salto, de 13 m, en el que Pedro se lo pensó bastante antes de dar el paso. A partir de ahí, todo sin complicaciones. Como no teníamos cámara de fotos, le robo una a mi Cousin…