Nos movemos al Camping Lac du Maradan, situado a unos 590 km de casa y que nos va ideal como punto de descanso para la primera jornada que nos acercará a nuestro destino.
Desde el lugar, y aprovechando la cercanía al P.N Vercors, al día siguiente aprovechamos para visitar Villar-de-Lans, no sin antes tener un percance durante el desayuno con la ventana de la caravana, que se despegó por completo. Bendita sea la silicona y la cinta americana; junto a las bridas base del mcgiverismo caravanil! No quedó muy bonito pero nos sacó del apuro.
Atentos a la carretera hasta llegar allí, pues no tiene ningún desperdicio.
Con el retraso llegamos a Villar-de-Lans más tarde de lo deseado, lo que aprovechamos para degustar la excelente pastelería francesa (poco a poco se van esmerando con el café también) mientras abren la oficina de turismo para que nos aconsejen alguna excursión por la zona.
Decidimos finalmente ir al Puente del Amor y la cascada de Fugliola, por su recorrido entre el bosque el que hay bastante sombra.
De bajada, paramos en el concurrido Pont-en-Royans, donde esperamos a que se disuelva el monumental atasco para salir del pueblo, visitando las famosas casas colgantes del río.
El pueblo tampoco da para mucho más, a no ser que te apetezca un bañito, así que a la que vemos que el tráfico se despeja, nos volvemos al camping para descansar.
El día siguiente seguimos en ruta.