NZ2013 – Día 05: Christchurch – Dunedin

Ficha
 Km inicial: 846   Km final: 1249     Trayecto: 403 km
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 Deshacemos el camino desde Chirstchurch con destino a Oamaru, parando a hacer un descanso en un café de estos tan cucos que hay por doquier.


Oamaru sorprende por varias razones. En primer lugar porque parece una ida de olla colosal; una especie de decorado «far west» de estilo victoriano. En su pequeño centro histórico, el tiempo parece haberse detenido hace siglos.


En el interior de esas preciosas casas se han instalado multitud de pequeños talleres de artesanos y artistas, donde nos deleitamos con algunas obras verdaderamente bonitas.

 

Dejamos el pueblo para ir a la Bushy Beach, donde esperamos tener la suerte de poder ver a algún pingüino despistado. No es buena hora para poder observar a estos simpáticos animalitos, pues tienen la mala costumbre de aparecer o a primeras horas del día o bien al atardecer. Todo un descaro por su parte, pues saben bien que en esos momentos no nos va bien pasarnos por la playa. Pero bueno, se lo perdonamos.


Aún así, el paisaje es espectacular y a falta de pan, buenas son tortas, podemos ver a un grupo de leones marinos echándose una siesta de lo más tranqui en la orilla. Nos emocionamos al instante, pero no están por la labor de deleitar al escaso público que los admiras y apenas se mueven, por lo que pronto pierden interés.


Dejamos la playa después de un bocado y proseguimos nuestro viaje hasta los Maoraki Boulder, unas gigantes piedras redondeadas de aspecto alienígena que se pueden observar en una playa a mitad del camino hacia Dunedin.

Reponiendo fuerzas en la van

Nosotros nos perdemos un poco (para mantener nuestra identidad) y acabamos en lo alto del pueblo de Moeraki, donde Chirstchurch perdió las zapatillas. Aún así, como somos cabezones a morir, llegamos a nuestro destino.

Los moeraki bulders

De portada de álbum

Proseguimos nuestro viaje y, aunque solo son las 7 de la tarde, llegamos a Dunedin anochecidos, dispuestos a buscar un lugar la home cerca del centro. Tras unas cuantas vueltas, la dejamos en una zona de pago de 9:00 a 18:00 h no muy convencidos; por lo que cerramos las cortinas y nos hacemos unos filetes de ternera clandestinos con huevos pericos para cenar.

No queda más que abrir una IPA de Stoke que hemos comprado en el super, para garabatear estas líneas (y así recordarlas y poder traspasarlas al blog) mientras el sueño y el cansancio nos acechan a todos.

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