Ficha
Km inicial: 1249 Km final: 1304 Trayecto: 55 km
Ver Dia 6. Dunedin – Otago en un mapa más grande
Tras dormir aparcados cerca del centro de Dunedin, desayunamos y vamos a tomar un café en la zona centro que llaman «Octagon», para hacer algo de tiempo hasta que el lugar acabe de despertar.
La verdad es que la ciudad es bastante fea y apenas ofrece atractivos aparte de bares y un supuesto ambiente estudiantil que suponemos será en verano, porque la verdad es que a nosotros nos pareció un lugar muy soso.
Paseamos un rato por la zona y nos paramos en la estación de tren, uno de los edificios más bonitos.
Pasamos de las dos visitas típicas que se pueden hacer: el Cadbury World, una fábrica de chocolate, y la cervecería Speight’s, la «Estrella Damm» de la zona, que no vale gran cosa como cerveza.
A media mañana nos vamos ya para la Península de Otago, una zona de naturaleza mucho más bonita. Cogemos la Highcliff Rd, que sube por la colina dejándonos unas impresionantes vistas de la zona, hasta llegar al Larnach Castle, una hermosa construcción neogótica con unas vistas impresionantes.
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Tras la obligada visita, volvemos sobre nuestros pasos para coger la Seal Point Rd y pasarnos por la Sabdfly Bay, bonita playa de dunas en la que nos esperan unos imponentes leones marinos, que nos ofrecen unas carantoñas que nos dejan flipados.
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Camino de la Sandfly Bay |
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Sandfly bay |
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La playa nos deleita con imágenes como estas.
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Aves que dejan huella |
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Seguimos recorriendo el lugar en la van y llegamos a Portobello, minúsculo pueblito pegado al mar. Seguimos la carretera de la costa hasta el Taiaroa Head, donde está el Royal Albatros Center.
Por tema de horarios, ya no queda ningún tour que nos lleve a ver las fortificaciones y los bichejos de la zona así que nos vamos a echarle un ojo al acantilado, donde podemos ver algún que otro albatros entre un millar de gaviotas.
En el lugar también habita una colonia de pingüinos azules en la Pilot Beach, justo debajo del aparcamiento del Centro. El coste es de 20$ por persona y tenemos que esperar un ratazo hasta que lleguen (si lo hacen, que no es seguro) por lo que decidimos pasar del tema y volver a Portobello, donde nos instalamos en el solitario Village Tourist Park para darnos una ducha, recargar todos los trastos electrónicos y vaciar el WC, que está que se sale.