NZ 2013 Día 10: Milford Sd – Queenstown

 Km inicial: 2008   Km final: 2313     Trayecto: 305 km
Despertamos en el parking de Milford Sd. tras una noche lluviosa. Al ir al lavabo vemos que hemos aparcado justo detrás del cartel que pone «No Overnight», así que puede ser que al devolver la caravana tengamos un regalito por listos.
Tras desayunar y pasear un rato por la zona recogemos el campamento con la idea de hacer una excursión en la zona de «The Divide».
Nos ponemos en marcha con buen tiempo, por lo que podemos disfrutar de los abruptos paisajes de los picos colindantes, con sus salvajes riscos salpicados de finos hilos de agua que caen desde grandes alturas.

Pasamos el túnel de Homer y todo cambia para mal. Al otro lado hay una densa niebla que cubre las cumbres. La excursión que teníamos pensada ya no tiene ningún sentido, pues la idea era ganar altura para tener buenas vistas. Decidimos seguir hasta Queenstown.

Una vez llegamos a la ciudad, se acabó la paz de días anteriores. Queenstown es un hervidero de esquiadores y turistas que vienen atraídos por las múltiples posibilidades para la práctica de deportes de invierno y aventura, además de la marcha propia de la ciudad. El contraste con lo vivido hasta ahora es grande y un poco chocante.

Tras instalarnos en el camping que encontramos de chiripa mientras estábamos perdidos por la city (luego descubrimos que era muy caro y que además había un Top 10 a 200 m) nos vamos al «Kiwi birdlife center», para poder ver estas raras aves aunque sea en cautividad.

Pese al sablazo (21 NZ$ por barba) disfrutamos como enanos viendo a una pareja de kiwis en su programada hora de cenar. La verdad es que es un bicho de la más gracioso, con esa sensación de extraña torpeza e indefensión al carecer de alas. Mala suerte, no nos dejan ni filmar, ni tomar fotos.

Brown Kiwi (foto de internet)

Entre los cuatro recomponemos como podemos las explicaciones de la cuidadora, en su complejo y rápido inglés. Antes de la humanización de NZ, se estima que había como diez millones de kiwis en libertad. Actualmente quedan sólo unos setenta mil, amenazados por el hombre y los depredadores introducidos en la isla, además de mascotas carnívoras como perros y gatos.

Salimos del centro y paseamos un rato por tiendas de ropa deportiva, souvenirs, pubs y restaurantes en medio de un bullicio incesante.

Lo mejor de Queenstown, el super. ¡Viva la birra!

Mañana más…

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