Aprovechando que el lunes pasado yo tenía puente, nos fuimos a trepar con el Güelo Joan. Buscando una zonita asequible y resguardada de estos calores que soportamos, decidimos ir a The Mama’s and the Papa’s. La zona, que ya conocía, tiene bastantes vías fáciles y alguna para apretar. Además tiene dos buenas ventajas: corta aproximación y sombra por la mañana. Total, que después del bocata en Collbató, nos dirigimos para allá, donde nos llevamos una grata sorpresa: no hay nadie!
De mis anteriores visitas, recordaba que las vías del sector eran «sencillas» y la roca de buena calidad, ideal para reecontrarse de nuevo con la pared. Nos colocamos los gatos y nos ponemos a trepar.
Empezamos con las vías Nº4 (V) y Nº3 (V+). Las encuentro «duras» respecto a la idea del sector que mi mente guardaba. Verdaderamente no estamos en nuestro mejor momento!
Seguimos con la vía Nº5 (V+), vía que en mi anterior visita estaba equipada con algún spit que otro y que ahora está completamente reequipada con parabolts cada pocos metros, siguiendo la tónica de la zona. Aprovecho para encadenar una vía nueva. Ésta transcurre entre panchitas con buen canto y tramos fáciles. 20 – 25 m de vía disfrutona que arranca algún «Joder, joder!» en los pasos más complicados.
Para acabar la matinal, le metemos a Kiowas (V+), que sale sin problemas.
Ya en el bar, hidratando nuestro cuerpo, comento con Joan que las vías me han parecido mucho más apretadas de lo que las recordaba. Entre reproches al paso del tiempo (pronto hará 20 años que tengo 20 años), el Güelo me comenta una frase que le dijo Picazo, una leyenda de la escalada montserratina, y que me hizo pensar: «Hombre, Joan, es que los cuartos son difíciles!»
Pues sí, los cuartos son difíciles, que gran razón.