Empezamos por fin del «Camí dels Bons Homes» o «Sendero de los Cátaros», GR que desde el Castillo de Montsegur hasta el Santuario de Queralt en Berga, recorre las rutas migratorias que utilizaron los cátaros entr los siglos XII y XIV cuando huían primero de los cruzados y después de la inquisición; después de que el Papa Inocencio III y el rey de Francia hicieran una cruzada contra ellos. El nombre de la ruta tiene su origen ahí, ya que el término buenos hombres (Bons Homes) es el término que utilizaban los cátaros para referirse a ellos mismos.
La ruta recorre lugares de gran interés histórico pero también de gran interés natural en sus 189 Km de recorrido y no defraudó en su etapa inicial.
Ficha:
Etapa: Castillo de Montsegur – Comus.
Distancia: 16.1 km.
Desnivel acumulado:
Subida: 796 m.
Bajada: 539 m.
Dificultad: media-baja.
Tras levantarnos a una hora indecente, ponemos rumbo al punto de partida, cuatro horas de bus que nos dejarán en el parking de acceso al Castillo de Montsegur, emblema de la resistencia cátara que quedó grabado en mi memoria años atrás, en la lectura de los primeros libro de la Saga «Los Hijos del Grial», del escritor alemán
Peter Berling.
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Castillo de Montsegur |
Desde el camping iniciamos el descenso hasta la villa de Montsegur, un pequeño pueblo centrado en ofrecer servicios a los múltiples visitantes de la fortaleza y donde los 50 del bus agobiamos al dueño de un bar abierto para que nos sellará la credencial.
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A fichar |
Ya tenemos los deberes hechos y a la salida del pueblo cogemos un sendero que asciende hasta meternos en el interior del bosque. Una vez cambiamos de vertiente, se inicia el descenso por el tobogán de barro en que se ha convertido el camino, fruto de las recientes lluvias y de encontrarse en el interior de un bosque húmedo.
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Marca del sendero |
Nos lo pasamos de coña y, bajo amenazas de castigos inquisitorios por parte de Mel y, la más agradable promesa de una cerveza si no me manchaba, iniciamos el descenso con sumo cuidado. Finalmente, dejamos atrás el lodo y llegamos a la villa de Pelai, ¡yo el más limpito de todos!
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El barro complicaba mucho la bajada |
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Y por fin lo dejamos atrás |
Seguimos ahora un tramo asfaltado hasta las Gorges de la Frau, que en principio están «cerradas» hasta más entrado el verano por el mal estado del camino.
Pronto iniciamos una ascensión por un maltrecho sendero, que sigue la riera por la izquierda y en el que son evidentes los destrozos causados por la fuerza del agua. En invierno con hielo, o en épocas de fuertes lluvias, puede ser un poco complicado el tránsito (de ahí la advertencia), pero en seco no se trata más que de una subida por una zona con piedras sueltas sin mayores complicaciones.
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La subida por las Gorgas |
Tras un buen trecho, vemos que el camino se abre, adivinando el fin del «congosto». Llegamos a un cruce con una amplia y cómoda pista que, en suave ascenso, nos deja en el punto final de la etapa, Comus. El bareto nos permite recuperar fuerzas tras el paseo y prepararnos para otras cuatro horas de bus, que nos deja fotos chulísimas.
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Comus |
¡Esperamos ya la siguiente etapa!
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El camino en bus es espectacular |