El canto de la Nenaza

Después de una afable visita a la Carme, madre de Laia, en la que pude babear incansablemente con su fantástica colección de bonsái, nos fuimos hacía el Pas de la Maladona: Laia, Dani, Mel, los dos bonsáis que gentilmente Carme me regaló, y yo.

Antes de nada, y para no ser tildado de sexista, pasaremos a definir el término “Nenaza” que, pese a ser un concepto genérico, explicaremos aquí su acepción en la escalada. “Nenaza: personajillo de la familia de los pringaetes que, ante la menor adversidad trepística, entona un lloriqueo tocapelotil constante de intensidad moderada que acaba sacando al personal de sus casillas hacia dos vías de escape posible: pegarle dos hostias o dejarlo a su rollo (pero bien lejos)”. Una vez aclarado esto, procedamos a la narración de los hechos acontecidos….

Llegamos al lugar a eso del mediodía con un clima muy agradable y con bastantes ganas de escalar. Mi penosa historia empieza con Aniversario (V+), bonita vía que tiene una salida más que curiosa y que luego se deja hacer hasta por mí. Proseguimos con Carnestoltes (6a), dura y de movimientos complejos, que sale gracias a un descanso en una repisa puesta en el lugar oportuno. Para mi sorpresa, repasando mis archivos, esa vía la había encadenado tiempo ha.

A partir de ese momento dejó de oirse en la zona el murmullo de plata de las olas, el aletear suave de las gaviotas, para dejar paso al patético Canto de la Nenaza, interpretado prodigiosamente por mi persona, desde el momento en que el inconsciente me traicionó y se me ocurrió decir que sí, que probaba de segundo Las curvas de mi chica (6b), de inicio desplomado con canto brutal para acabar en una placa dura…muy dura. Seguí mi decadente periplo con Variante (6a), del estilo a Aniversario pero más dura, que no logré encadenar y acabé mi desquiciado llanto en la vía de la guía Nº 37 (6a+) que creo no llegué a encadenar de segundo por poco (es impresionante mi facultad para borrar de la mente aquello que significa un peligro para mi supervivencia y la continuidad de la estirpe).

Todo esto aderezado con la infame visión de Dani encadenando Carnestoltes, Nº 37, Las curvas de mi chica y Mare Nostrum (6c), además de encadenar de segundo y con una parsimonia insultante, Simple extrem (7b+), y montar, de a poquitos, Puja la febre (7c+).

Laia nos dio a todos una lección de superación al encadenar, pese a su dolor de espalda, Carnestoltes y Nº 37 sin despeinarse.

En resumen, cuando llegué a casa me dolía todo lo que a uno le puede doler y tuve que beberme las cervezas con pajita mientras veía el Barça porque no me aguantaba ni los pedos.

Para recuperar fuerzas el domingo lo dedicamos al noble arte de beber birra en los conciertos del XX festival de Blues de Cerdanyola.

Y este ha sido el deplorable informe Nenacil del finde!. En breve unas fotillos para el recuerdo…. Salud!