Ficha técnica: Distancia: 20.69 km Desnivel de subida: 875 m Desnivel de bajada: 1180 m Dificultad: media
Volvemos al Molí de Fòrnols, donde dejamos a nuestro último cátaro fumando bebiendo té con las trementinaires para continuar con nuestro camino.
Pasamos por Fórnols bajo un cielo encapotado que nos previene del calor (que no del bochorno), pero que amenaza tormenta. En el camino nos encontramos con un bonito lavadero, que nos invita a la foto de rigor. No es original, pero siempre quedan chulas.
El camino sube con cierta alegría hasta que llegamos al Coll de Bancs, una pequeña área de recreo con bancos y una fuente que nos sirve para recobrar energías con un buen trago de agua, a falta de interés del consistorio en instalar un chiringo con cerveza fresquita, que hubiese sido más humano.
Seguimos ahora por un terreno más tranquilo, entre verdes prados y pequeños torrentes hasta que llegamos al coll de Creus, donde al cambiar de vertiente nos encontramos con un espectacular paisaje de estratos arcillosos que forman una especie de paisaje de ciencia ficción. Hasta aquel punto el camino no había sido particularmente bonito, pero este punto bien vale la pena. Lástima que el cielo (y el fotógrafo) no estén a la altura del terreno. Bueno, yo lo intenté.
A partir de aquí empezamos a bajar, en dirección a La Seu, con algún que otro chubasco que obligaba a colocarse la capelina para eliminar toxinas del cuerpo a litros, mientras nos estiramos por la pista que nos lleva al fin de etapa.