Buenos días caballeros y caballeras!
Con esta bonita entrada, el C.E.R cierra sus puertas senderistas hasta la vuelta de vacaciones, pues el calor aprieta y en el pequeño cerebro de la Tortuga sólo hay hueco para dos cosas: cerveza y el viaje de verano.
Pero no nos podíamos despedir de la temporada sin la tradicional Cena de Verano del C.E.R, no exenta esta año de polémica pues la dirección de tan ilustre institución dejó fuera a un tal Obama y su señora, porque preferimos que viniese un señor de la plana de Vic…. pero es que somos así.
Patxi se portó muy bien con nosotros (se nota que se hace mayor) y el pateo quedaba reducido a unos testimoniales 9 km que nos tenían que llevar desde Tamariu a Calella de Palafrugell por el Camí de Ronda y el GR 92.
Iniciamos la marcha con el fresquito de primera hora de la tarde – modo ironía OFF – y tras pasar la playa de Tamariu, empezamos a caminar bien pegados a la costa, por un camino muy bonito (mucho bonito para el Sr. Rajoy) y con bastante sombra gracias a varias pinedas que atravesaba.
El sendero pasa por varios paisajes que un buen fotógrafo hubiese plasmado en un bello lienzo fotográfico, pero como soy yo el que hago las fotos, me ha salido ésto:
Así seguimos entre rocas y, afortunadamente, casi ningún terreno urbanizado hasta que honramos con nuestra presencia a una novia que no hizo caso a sus amigas y accedió al matrimonio. En este punto hay que decir que hicimos gala de nuestra exquisita educación y todos le dimos el pésame al pobre hombre novio. Para que luego digan!
Un festival de habaneras nos permitió acortar la caminata hasta Llafranc, pues los autobuses no podían recogernos en el punto final establecido, lo que nos permitió darnos un chapuzón para quitarnos los calores y poder entrar en el restaurante aliviando la carga de efluvios pesados con las que julio y el esfuerzo se encargan de engalanar nuestros cuerpos.
El agua estaba genial y, así limpitos, nos fuimos a cenar para despedirnos de Senderos hasta Septiembre.